DE TAXISTAS Y BORRACHOS. UN VIAJE A LA NOCHE LIMEÑA (y II)

6 de mayo de 2008

Vaya por delante que Ampuero (novelista, poeta, cuentista, dramaturgo, periodista... escritor) es uno de los personajes más reconocidos y prolíficos de las letras peruanas. A pesar de lo anterior, su presencia en las librerías españolas hasta la fecha ha sido muy reducida: el ácido 'Caramelo verde' (Seix Barral, 2002) y 'Puta linda' (Salto de Página, 2007), en la que se mostraba muy dotado para las narraciones de alto voltaje.

Tal vez Alberto, protagonista de esta historia negra, no sepa por qué comenzó todo. Pero seguro que podría recordar el instante exacto en el que lo hizo: el momento en el que sintió el frío del revólver en su nuca. A partir del robo de su taxi Alberto contempla como se le van cerrando todas las puertas, hasta entrar en una espiral que le arroja a la orilla oscura de Lima. Movido por la necesidad de alcanzar una felicidad imposible, el taxista comienza a participar en el negocio de 'los borrachos', recogiendo pasajeros alcoholizados que entrega a los ladrones del submundo limeño. "Aquí, en esta ciudad, estamos hechos para odiar", advierte el escritor. Una carrera desde el acomodado distrito de Miraflores y sus salas de fiesta en donde los taxistas aguardan a su presa, hasta los agujeros del suburbio en donde se abren los huecos de los fumones y otros tipos torcidos.

La narración de Ampuero nos arrastra como un fluido guión noir de capítulos breves. Tal vez sea el aprendizaje forzoso que impone el periodismo (Ampuero es editor de la sección de investigación del diario El Comercio), pero con una asombrosa economía de medios y un lenguaje afilado logra que en muchos momentos salten chispas a nuestro alrededor. Con una aparente sencillez Ampuero construye una novela negra protagonizada por tipos corrientes que comenzaron a pudrirse lentamente, sin apenas darse cuenta. Y una vez que se baja la bandera es difícil salir. Pero "¿qué pasa si solamente nos dejan respirar de esta manera y no de otra?". Lima (también conocida como la Ciudad de los Reyes) aparece como un ser vivo, como un protagonista más de esta historia violenta, aunque aquí sin la brutalidad de un Cronenberg, sino como una fatalidad asumida por los propios personajes. Esta preocupación por la violencia en Perú no es exclusiva de Fernando Ampuero. Otros escritores más jóvenes como Santiago Roncagliolo ('Abril rojo'. Alfaguara, 2006) se han interrogado acerca del origen de ésta y han demostrado que, a pesar del desconocimiento en el que vive, la narrativa peruana no acaba en Bryce Echenique y Vargas Llosa.
(Publicado en soitu.es, 26-4-2008)