QUÉ SUPERPODER DESEARÍAS TENER ? (Literatura y Comic 1)

20 de mayo de 2008

La lectura de tebeos o novelas gráficas sigue ocupando un amplio porcentaje de nuestro ocio, pero de un tiempo a esta parte parece haber logrado salir de su reducto (casi) marginal, ampliando su influencia a otros sectores, no sólo el cine y la venta de figuritas o todo tipo de merchandising, sino también –lo que a algunos pueda sorprender– accediendo a los museos: los bastiones sagrados del arte que en algunos casos empiezan a abrirse a otras manifestaciones creativas de la cultura popular.

Desde que el llorado Christopher Reeve se enfundó el primer traje de Superman nosotros hemos dejado de ser unos niños, y a pesar de algunas pésimas adaptaciones del cómic a la pantalla como aquella de La Liga de los Hombres Extraordinarios, éstas siguen sucediéndose con una rapidez cada vez mayor. El último en presentarse ha sido Iron Man, pero ya se anuncian otras muchas: Watchmen, Batman, el caballero oscuro
También el aumento de la repercusión mediática de los sucesivos Salones y Ferias del Cómic o las exposiciones, como la recién inaugurada y comisariada por Armani en el Metropolitan Museum de Nueva York , sirven para mostrar su creciente importancia en el sector del entretenimiento o la cultura. (Pero esta palabra hay que manejarla con cuidado, no sea que enajenados portadores de reproducciones baratas de monalisas y cantaresdemiocid se enfrenten a quienes la empleamos sin tanto retintín.)
Han cambiado muchas cosas
El cómic ahora se desarrolla en una amplia variedad de géneros (tebeos de superhéroes, novela gráfica, tiras cómicas, manga…), y con ello también ha crecido su espectro de seguidores-lectores. Dejando a un lado el estereotipo del jovencito con marcas de acné enamorado de las exageradas curvas de Mary Jane, muchos de aquellos que dejamos en su momento de leer tebeos, hemos vuelto con renovado gusto e interés creciente a las posibilidades que la combinación de texto escrito y dibujo permiten.
Este texto pretende ser un fervoroso alegato en su favor. Porque algunas obras del género han dado sobradas muestras no sólo de su esperado talento gráfico, sino de su creciente inteligencia, creatividad y ambición. La calidad de su contenido, y hasta el empleo de recursos literarios en la forma de contar las historias, harían enrojecer a determinadas novelas al uso.
Pero el proceso de ascenso y valoración del cómic no sólo se ha llevado a cabo mediante su vinculación a la llamada «alta» literatura, sino que también hemos asistido a un movimiento en sentido contrario: la literatura también ha querido descender a esos suburbios del entretenimiento y las exageraciones del pulp que solían asociarse al tebeo. Algunos (grandes) escritores como Julio Cortázar, Michael Chabon o César Aira han empleado para sus novelas los recursos gráficos o la temática de los cómics, incluso de aquellos que pueden parecer más tópicos como los de superhéroes.
También es tiempo de aniversarios para los supervillanos
En abril de 1938 hizo su aparición estelar Superman (creado por Jerry Siegel y Joe Shuster). Desde entonces han tenido que aparecer superhéroes nuevos y renovar poco a poco a los de siempre. Aunque por un lado se recurra a retorcimientos argumentales a veces innecesarios (¿cuántas veces ha muerto el citado Superman? O ¿por qué la tía de Peter Parker tiene que casarse con su enemigo el Doctor Octopus?) o a la repetición de ciertos estereotipos para crear nuevos superhéroes, aunque sospechosamente parecidos a los ya conocidos.
Para encontrar algunos cómics de superhéroes que escaparan de lo esperado visitamos a nuestro gurú del tebeo y la novela gráfica en The Cómic Co. (El mundo puede ser un lugar fantástico). Salimos cargados de recomendaciones, porque las reediciones de algunos cómics suelen ser de formato enorme y pesado, pero hemos encontrado títulos que incluso en el reducto de las historias de superhéroes nos han hecho disfrutar. No todo va ser leer a Rimbaud y Dante (por ejemplo).
  • Watchmen, Alan Moore / Dave Gibbons (DC / Planeta de Agostini). Publicado a mediados de los 80 se ha convertido en uno de los clásicos del cómic. Sin dejar de ser un tebeo de superhéroes consigue trascender su propia materia; no sólo por desmitificar a sus personajes, héroes cargados con algunos defectos humanos: paranoicos, neuróticos o fracasados, sino por hablar de la sociedad occidental de entonces. Watchmen es un reflejo de la Norteamérica de la década de los 80, donde la constante amenaza de una guerra atómica convivía con el imparable desarrollo tecnológico. Una sociedad oscura en la que los «vigilantes» son muy distintos a los típicos superhéroes. A esta auténtica joya del guionista Alan Moore me refería cuando hablaba de las reediciones de cómics en formatos incómodos.
  • The Authority, Warren Ellis / Brian Hitch (Norma) es una interesante propuesta de renovación del género. La misión de estos seres sobrehumanos sigue siendo –como siempre- servir y proteger a la débil humanidad; pero a pesar de su similitud con otros héroes anteriores como Batman o Superman, sus creadores han introducido algunas pequeñas innovaciones para actualizar al superhéroe en el siglo XXI: por ejemplo, Apollo, dios del Sol, y Midnighter, portador nocturno de la guerra, son homosexuales y pareja.
  • Kingdom come, Mark Waid / Alex Ross (DC / Planeta de Agostini). Imaginad que Superman decidiera exiliarse de la Tierra y de sus hazañas para dedicarse a cuidar de su granja. Pero qué sucedería cuando él y otros superhéroes fueran necesarios para salvar al mundo de una nueva amenaza. Kingdom Come cuanta además con un dibujo sorprendente, de técnica absolutamente realista cuidado hasta el mínimo detalle. Para detenerse a mirar además de leer.
  • Top Ten, otra conocida obra de Alan Moore nos sitúa en un mundo en el que todos sus habitantes son superhéroes. El planteamiento radica en las capacidades y superpoderes de la policía que tratará de controlar esa situación tan peculiar. Los personajes, aunque «en mallas», vuelven a sorprender (como en Watchmen) por su interés, sus matices y la evolución que experimentan a lo largo de la obra, como «personajes redondos» de alguna buena novela. Contiene también algunos guiños divertidos para los seguidores de este arte, al recrear algunas historias ya conocidas del género. Top Ten es en resumidas cuentas una especie de Canción triste de Hill Street pero con superhéroes.
  • The New Frontier, Darwin Cooke (DC / Planeta de Agostini) es un tebeo distinto precisamente por ser igual a otros muchos que le precedieron. Se trata de un tebeo de ahora con argumento y dibujo de los años 50. No todo va a ser dar vueltas de tuerca a los personajes y argumentos de siempre. Una delicia para pasar la tarde.

Publicado en soitu.es (10-05-2008)