LE DEBEMOS UN HÍGADO A BOLAÑO

15 de julio de 2008




Pocos casos como el de la ilustración de arriba: el maestro homenajeando al discípulo.

(motivos literarios no faltarían para justificarlo, pero las circunstancias se impusieron: el escritor que fue Bolaño murió el 15 de julio del 2003)


Este hermoso ejemplar de literatura y casquería (admiración y amor) empieza y termina en dos grandes poetas (decir chilenos es poco) (y decir que dos de mis preferidos también), en papeles intercambiables de maestro y discípulo: Nicanor Parra y Roberto Bolaño.
Le debemos un hígado a Bolaño (qué menos)

Cuando hablo de Bolaño nunca sé qué decir...
(y eso es algo grande en él)
(y un defecto en mí)
...un fragmento de Los Detectives Salvajes (Anagrama, 1998)

[...]
Rafael Barrios, café Quito, calle Bucareli, México DF, mayo de 1977.
Qué hicimos los real visceralistas cuando se marcharon Ulises Lima y Arturo Belano: escritura automática, cadáveres exquisitos, performances de una sola persona y sin espectadores, contraintes, escritura a dos manos, a tres manos, escritura masturbatoria (con la derecha escribimos, con la izquierda nos masturbamos, o al revés si eres zurdo), madrigales, poemas-novela, sonetos cuya última palabra siempre es la misma, mensajes de sólo tres palabras escritos en las paredes ("No puedo más", "Laura, te amo", etc.), diarios desmesurados, mail-poetry, projective verse, poesía convencional, antipoesía, poesía concreta brasileña (escrita en portugués de diccionario), poemas en prosa policiacos (se cuenta con extrema economía una historia policial, la última frase la dilucida o no), parábolas, fábulas, teatro del absurdo, pop-art, haikús, epigramas (en realidad imitaciones o variaciones de Catulo, casi todas de Moctezuma Rodríguez), poesía-desperada (baladas del Oeste), poesía georgiana, poesía de la experiencia, poesía beat, apócrifos de bp-Nichol, de John Giorno, de John Cage (A Year from Monday), de Ted Berrigan, del hermano Antoninus, de Armand Schwerner (The Tablets), poesía letrista, caligramas, poesía eléctrica (Bulteau, Messagier), poesía sanguinaria (tres muertos como mínimo), poesía pornográfica (variantes heterosexual, homosexual y bisexual, independientemente de la inclinación particular del poeta), poemas apócrifos de los nadaístas colombianos, horazerianos del Perú, catalépticos de Uruguay, tzantzicos de Ecuador, caníbales brasileños, teatro Nô proletario... Incluso sacamos una revista... Nos movimos... Nos movimos... Hicimos todo lo que pudimos... Pero nada salió bien.
[...]



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