Diga 200 veces Poe

19 de enero de 2009

Este es un post inevitable, aunque tentado he estado de pasarlo por alto. Se trata, sin duda, de una de las efemérides literarias más comentadas del año, quizá la más importante: hace hoy doscientos años nació en Boston un bebé de culín sonrosado con el nombre de Edgar Allan Poe, convertido años después en el tipo retorcido de la foto de arriba, el autor de una de mis primeras lecturas más recordadas.

Pero dejémonos de festejos públicos, de gente vestida de negro que va de "oscura" por la vida tratando de imitar el gesto de desagrado de Poe (ver foto), y encerrémonos a leer un cuento del maestro norteamericano, cuya sombra aún todo lo alcanza. No es pedir mucho. Esta noche leeré "La caída de la casa Usher".

Quien no tenga a mano (en las estanterías de su casa) alguna edición de los cuentos de Poe podrá regalarse alguna de las que recientemente han vuelto a ocupar un lugar privilegiado en las mesas de novedades de todas las librerías, todas con la ya "clásica" traducción de Julio Cortázar. Edhasa, Galaxia-Gutenberg... Yo me he quedado con la edición que han preparado Fernado Iwasaki y Jorge Volpi para Páginas de Espuma con la colaboración de 69 escritores latinoamericanos y españoles que prologan cada uno de los cuentos, pero también me gusta mucho el volúmen con el que la editorial Augur se puso recientemente de largo en el mercado: aciertan con el "collage" de la portada, donde sobre el rostro de Poe han pegado recortados los ojos de Cortázar.

Hasta aquí todo muy bien. Fetén. Pero qué pasa con el resto de la producción literaria y crítica de Poe, que permanece a día de hoy en el limbo de los libros de bolsillo que ni siquiera resulta fácil encontrar en las librerías. Lo digo por si alguien se anima.

De entre las novedades destaco por su aparente interés (digo "aparente" porque aún no le he podido echar un ojo; y digo "interés" por si alguien me la quiere regalar) la biografía de Poe escrita por Peter Ackroyd, titulada "Poe. Una vida truncada", y que publica en castellano Edhasa. Buscando por internet he encontrado un texto de dicho biógrafo en que reconstruye los últimos días de Poe. Aquí les dejo con la descripción de su última noche para que no puedan pegar ojo. Y si les pica el gusanillo y no pueden dormir, ya saben, lean (de nuevo) a Poe.

"El sábado por la noche, empezó a gritar “Reynolds”, y no paró de chillar hasta las tres de la madrugada del domingo. “Debilitado por tanto esfuerzo –escribió el doctor–, se quedó sosegado y pareció descansar durante un breve tiempo. Luego, moviendo levemente la cabeza, exclamó : “Que el Señor se apiade de mi pobre alma“, y expiró” Éste es el testimonio del doctor Moran, en una carta escrita a Maria Clemm cinco semanas después de dichos acontecimientos.
Esto es lo que más se parece a la verdad, al margen de los ulteriores esfuerzos del médico por presentar la escena bajo una luz más favorable. ¿Qué había estado haciendo Poe durante el tiempo que perdió en Baltimore? La hipótesis más ceptada es la de que fue utilizado como “lacayo” para fines electorales; es decir, lo habrían estado vistiendo con distintos ropajes, de manera que habría podido así votar más de una vez por un candidato concreto. A estos falsos votantes solía encerrárseles en corrales o posadas, donde se les suministraba alcohol en abundancia. También corrió la voz de que “Reynolds”, el nombre que Poe no dejó de gritar en su delirio final, era el apellido de un interventor electoral que se encontraba en la taberna de Ryan. Es una explicación posible, pero no la única."

(Peter Ackroyd)

Cumplirá muchos más. Lo que no sé es si también estaremos nosotros para celebrarlo.