La belleza de los callos según Francisco Nieva

7 de marzo de 2009
Un caso de falla geológica en unos callos

Hay gente que en apenas unas breves frases extraídas de una entrevista se vuelve entrañable a nuestros ojos. Francisco Nieva es un gran hombre de teatro, y al parecer un buen comedor con gusto excelente. En la entrevista "Almuerzo con..." de la última página de El País del martes 3 de marzo se le puede ver (en la foto) acomodado en la barra de Casa Paco en Madrid, suponemos que antes del festín que allí se compartió.

Su buen yantar agranda su figura ante los ojos del poeta José Manuel Caballero Bonald y estas dos frases le han convertido en casi un mito para los infames. "Soy muy madrileño y muy de pueblo, y aunque he sido siempre muy cosmopolita, muy apasionado del modernismo, del futurismo, jamás he dejado de sorprenderme como los de pueblo". Y confirmando la opinión de uno de nosotros sobre la belleza inmaculada y angelical de los callos, Francisco Nieva dijo: "Los callos son muy delicados, y los digieres estupendamente. ¡Son tan delicados y suaves que no sólo parecen de terciopelo, sino que además parecen platos para enfermos!".

Y después de esta sentida oda, los próximas callos que gustosamente nos tomemos se convertirán en un festivo homenaje al maestro. Y sin salir del mundo carnívoro del arte, recomendamos fervientemente la lectura del artículo que Félix de Azúa escribió (también en El País) sobre la exposición de Francis Bacon en El Prado, titulado "Sobre el alma y el cuerpo". Leyéndolo muchos descubrirán que los colores de sus pinturas encuentran su origen en los ataques de diarrea que el genial Bacon sufrió junto a ¿su familia?, ¿su amada Doris y los dos queridos niños, Lizbeth y Miles? por una intoxicación durante un veraneo en la Costa Brava.


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2 comentarios

  • ¡Infames!! ¡Que "yantar" es con y! Qué vergüenza, que tenga que venir el becario a revisar los posts...

  • No, no... si nosotros ya lo sabíamos, pero es que el maestro Nieva lo pronuncia mal... de todos modos y para mayor tranquilidad del señor becario y otros puros filológicos lo corregimos.