Vidas de artista (o como perder una mañana sin sentirse culpable por ello)

29 de junio de 2009
El español nº92 ejercitando la muñeca

En algunas ocasiones, aunque hay que reconocer que éstas son pocas, los que nos ocupamos de mantener este pequeño espacio dedicado a la infamia, los libros y las bebidas espirituosas hemos tenido que lamentar ante ustedes la falta de regularidad y los ocasionales silencios en los que nos hemos sumido. Bien, como no queremos tener que volver a disculparnos por nuestro mutismo les advertimos desde ya: si no escribimos nada durante estos días será porque pensamos hacer algo con nuestra (inexistente) vida social y pasarnos por alguna de las presentaciones que, aprovechando el inicio de la canícula, se van a realizar en Madrid y Barcelona. Aprovechen, que hay aire acondicionado y quien sabe… puede que al final se sirva un vinillo. Vamos a ello:

Mañana la cafetería del Museo Thyssen-Bornemisza se llenará, a eso de las 11.30, de gente interesante y guapa como Carmen Romero, Jorge Semprún o Diana Zaforteza (lo único que se salvaba del panfleto que publicó ayer El País Semanal junto al curtido y reseco Casto… ¡qué hombre!). Pero el invitado de excepción será el cuadro Judith y Holoferenes, traído desde el Museo di Capodimonte para la presentación de Artemisia de Anna Banti (Alfabia). Un libro excepcional (de verdad, háganos caso al menos esta vez…) a medio camino entre la autobiografía y la novela que nos descubre a la pintora Artemisia Gentileschi. Otro cuadro, el que dibuja la figura de Banti y la intrahistoria de este libro, nos lo da Susan Sontag en su ensayo introductorio.
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Terrorismo de género

Por cierto, que nosotros también vamos a aprovechar la ocasión para reivindicar La virgen y el violín (Siruela), en la que Carmen Boullossa nos descubría la todavía más olvidada figura de Sofonisba Anguissola, pintora de corte de Felipe II. Si quieren saber más, pinchen aquí.
Y ahora cojamos el puente aéreo...

Si no pueden ustedes asistir porque no residen en Madrid o simplemente porque no les apetece lo más mínimo, el miércoles tienen otra oportunidad para acudir a un nuevo sarao con el que quedar muy bien ante sus amistades: la presentación de Viva voz de vida de Marina Tsvietáieva que organizan nuestros amigos de Minúscula en la cafetería Laie de Barcelona. Viva voz de vida es un libro delicado, como si hubiera sido escrito en voz baja, y que la escritora brindó a la memoria de su amigo, el pintor y poeta Maximilian Voloshin. Minúscula ya había rescatado el libro que Tsvietáieva dedicó la extraordinaria pintora rayonista ("¿rayonista? ya están los infames flipando de nuevo... ¡vosotros si que sois unos rayonistas!") Natalia Goncharova, quien por cierto tenía el mismo nombre que la mujer de Aleksandr Pushkin ... sobre quien Tsvietáieva también escribió un maravilloso libro que acaba de lanzar Acantilado (Mi Pushkin). Pero aparquemos ya la casualidad y recordemos lo esencial: cafetería Laie, Pau Clarís 85, 19.30h...
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Diego rivera, lápiz en mano, dibuja a Maximilian (vestido)

No se pierdan la jarana porque por allí andará también el bueno de Narcís Comadira y la traductora Selma Ancira, amén de la cantante Elena Frolova, que interpretará alguno de los temas de su disco dedicado a la escritora rusa. Les sobran los motivos...

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