Ocultismo ibérico

2 de agosto de 2009
Cosas de aquí

Habrán de saber perdonar el tono confesional de estas primeras líneas, pero pueden ser pertinentes pues explican mi primer contacto directo con las fantaciencias ocultas. Lo que voy a relatar aconteció hace ya algunos años, cuando los Infames todavía calentaban los codos en algún aula universitaria.

Recuerdo perfectamente que mientras el resto de sus compañeros organizaban algún tipo de vuelo con destino a París o Punta Cana bajo ese paraguas que se ha dado en llamar "Viaje de Ecuador" quienes perpetran este espacio decidieron, a falta de otros medios, organizar una excursión low-cost (mesón y porrón) a Segovia. Tras fatigar la ciudad castellana emprendimos el retorno, sin embargo, dada la sobrada impericia del conductor o quien sabe si al influjo de una mefistofélica fuerza que nos desvió de la ruta original, acabamos perdidos en la montaña envueltos en una densa niebla de misterioso origen. Fue entonces cuando sentí que mi cuerpo dejaba de obedecerme y fuí arrebatado por unas extrañas luces que giraban a mi alrededor. Cuando recobré la conciencia me encontraba en plena A-6 entrando de nuevo en Madrid. Los otros Infames aseguran que aquel episodio paranormal fue en realidad el resultado de una intoxicación producida por un cochinillo porcino y un vino de batalla especialmente cabezón unida a un severo mono de biodramina. En cuanto a las luces, explican que fueron las de la pareja de la Guardia Civil al irrumpir en Navacerrada. Eso dicen… pero yo sé lo que vi. Todavía existen espacios de sombra a los que las explicaciones de la ciencia y la razón no pueden llegar.

mezclas bizarras

Todo lo anterior viene a cuento de la aparición de 'España es sobrenatural' (Melusina), un trabajo a varias manos y tentáculos para el que han unido fuerzas los colaboradores de dos de nuestros fanzines favoritos: 'Mondo Brutto' y 'Vacaciones en Polonia'. Y de esta mezcla, propiciada por una editorial que lleva el nombre de una mujer serpiente, sólo podía salir algo…bizarro. ¡Pero no se queden en las puertas!... ¡Pasen! ¡Pasen y lean!.

Los brutos mecánicos Galactus y Grace Morales les demostrarán que lo sobrenatural en la piel de toro va mucho más allá de 'El castillo de las mentes prodigiosas' y las barracas de feria. No les vamos a engañar, su 'Ocultismo ibérico' es como un artículo de su fanzine pero a lo brutto, esto es incontinente, excesivo por momentos… pero siempre chusco y parrandero. De su mano nos adentramos en la noche oscura del alma hispana, de donde emergen personajes que confirman a España como una superpotencia dentro de lo paranormal: Pedro Muñiz "el arzobispo nigromante", sor María de Jesús de Ágreda, más conocida como "la monja voladora", el teósofo Mario Roso de Luna "el mago Rojo de Logrosán (Cáceres)"… esos, por no hablar de nuestros dirigentes porque ¿qué otra nación puede presumir de que su destino haya sido dirigido por un monarca directamente "Hechizado" (no, no hablamos del campechano, sino de Carlos II) o por un dictador al que se consideraba una reencarnación de Santiago Matamoros en versión llavero? ¿Son ustedes capaces de imaginarse una suerte de "Hell Boy" nacionalcatólico? Servidor de ustedes, y tras leer el libro de marras, sí.

La monja voladora en plenos ejercicios espirituales

Por su parte, los amigos de Vacaciones en Polonia nos introducen en la vida (y milagros, claro) de dos campeones de lo oculto: el señor Vicente Risco y don Eduardo Cirlot. La enorme figura de Risco, en su comunión de los arcanos teosóficos y el galleguismo militante, amén de su gusto por unos extraños cigarrillos egipcios (ejem…), nos ha cautivado hasta el punto de que los Infames ya hemos hecho nuestro el lema del yogui gallego: "Ser diferente es ser existente".

Pero si hubo un escritor paranormal por estos lares, ése fue Juan Eduardo Cirlot: poeta superrealista, cabalista catalán, crítico del arte otro y coleccionista de espadas. El que se consideraba a si mismo como el "último fascista de Europa" (lástima que no…) se acercó a todos los saberes mágicos y heterodoxos conocidos y por conocer para crear un mundo alternativo. Dicho esto, no parece extraño que coquetease con el sufismo, la alquimia, la simbología, el surrealismo… de hecho se cuenta que el poeta irrumpió en pleno cenáculo bretoniano blandiendo un crucifijo al grito de "¡Yo soy Juan Eduardo Cirlot y soy católico!", que casi nos recuerda más al "Me llamo Iñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir" de La Princesa Prometida que a una velada surrealista.

Cada verso que escribo, cada canto / es tan sólo un conjuro; sólo tanto.

Para todos aquellos que quieran iniciarse en los arcanos del cirlotismo su 'Diccionario de símbolos' se reeditó hace poco por Siruela. Los que todavía estén arqueando la ceja pueden hacerse con el documental 'La mirada de Bronwyn' de Gerard Gil en el que se traza el retrato del escritor a partir del enamoramiento místico que le produjo la visión de la actriz Rosemary Forsyth en "The War Lord" y a la que dedicó el inmenso ciclo 'Bronwyn' (Siruela). Cirlot… ¡Qué tipo más grande!.


Publicado en soitu.es (30-7-09)


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