Sin duda muchos de vosotros ya lo sabréis a estas alturas, pero todavía no nos resignamos. Soitu.es ha cerrado. El ruido que hizo la persiana cuando, quienes pudieron haberlo evitado, la echaron fue rápido y seco.
Durante 22 meses han señalado el camino por el que deberá discurrir el periodismo digital en el futuro (el rigor y la participación). Pero con su caída ha demostrado también la estrechez de costuras que todavía hoy tiene este traje. Soitu pudo pedir asilo en alguna de las capillas mediáticas existentes. Pero no lo hizo. Tal vez porque sabía que eso supondría renunciar a lo que animaba precisamente este proyecto: la independencia. Algo que, por lo que se ve, no han sabido valorar los que sólo leen las cuentas de resultados.
Nos cuesta mucho escribir sobre esto -¡y mira que hemos comentado cada truño al que no había por donde hincarle el diente...!- porque soitu.es no era sólo un medio honesto, sino porque todos los que allí han trabajado, todos los que por la calle Cochabamba se han asomado en alguna ocasión, son nuestros afines. Los Tipos Infames hemos tenido la suerte (¡gracias, gracias, gracias!) de poder colaborar con ellos durante este tiempo y de poder contarlos entre nuestros amigos.
Estamos seguros que nos volveremos a ver. Suerte.
soitu
Desde que se anunció el cierre de soitu no he parado de leer noticias sobre el asunto, noticias y obituarios que me han llevado hasta este post que de nuevo me ha vuelto a poner la piel de gallina. Tengo que agradecer a soitu el haberme descubierto a los Tipos Infames. Aunque ya lamento el saber que no os volveré a leer entre colorines, os seguiré la pista desde aquí. Gracias también a vosotros.