El triunfo de Juan sin tierra

28 de noviembre de 2008
Juan Goytisolo junto a Jean Genet


No es fácil hablar sobre Juan Goytisolo, último Premio Nacional de las Letras Españolas 2008, galardón otorgado por el Ministerio de Cultura y que reconoce los méritos del autor a lo largo de más de cincuenta años de trayectoria. Aunque su nombre estaba al uno fijo en muchas de las quinielas y ya había sonado con fuerza cuando se hablaba de los posibles candidatos al Príncipe de Asturias (que finalmente acabaría en las manos de la canadiense Margaret Atwood), no era fácil que un personaje como Goytisolo se hiciera con el premio.

Y decimos que no es sencillo hablar de Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) porque parece que todo está dicho sobre la figura del escritor catalán. Y los comentarios basculan entre la idolatría más encendida y los que quieren ver en este autor la encarnación de ese progre rancio del que no para de hablar últimamente la derecha más atávica (vena hinchada y melena al viento) en cuanto le acercan algún micrófono. No en vano, una lectura superficial de su biografía podría darnos esa idea: autoexilio en París, militancia tercermundista y a favor de la liberación sexual, antifranquista decidido... Pero si no quieren quedarse en la superficie deberían leer sus sabrosos libros de memorias: 'Coto vedado' y 'En los reinos de taifa' (ambos en Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, quien se está ocupando de editar su obra completa).

Pero no es el miedo a caer en el lugar común lo que nos dificulta hablarles de Goytisolo, sino que nuestra propia opinión está igualmente escindida entre un personaje egotista y novelista venido a menos (no se nos caen los anillos al decir que su última novela 'El exiliado de aquí y allá' es un auténtico churro) y un brillante articulista de clarividencia poco común. Porque si hay algo que no se puede negar en este autor es lo insobornable de su actitud crítica frente al poder y la injusticia, más necesaria si cabe en estos tiempos de incertidumbre. Los conflictos olvidados, el terrorismo, la inmigración, las políticas de la memoria... nada escapa a la mirada de Juan Goytisolo y su prosa fría como un escalpelo.

Algunos argumentarán que todo esto que llevamos apuntado hasta el momento escapa de los dominios de la literatura. Nada más incierto: todo dependerá de la idea que cada uno tenga acerca de sus límites, que en el caso del galardonado son de una amplitud pasmosa. Y dentro del "coto vedado" que ha levantado Juan Goytisolo entran algunas de las mejores novelas de la segunda mitad del siglo pasado escritas en español como 'Señas de identidad', 'Reivindicación del Conde don Julián' o 'Makbara' cuya postura heterodoxa y prosa autodestructiva han hecho más por la renovación de la lengua que mucho de lo que han hecho sus apoltronados críticos. Además, muchos somos los lectores que tenemos que agradecer a su labor como crítico literario el habernos señalado pasillos y extraños corredores por el que adentrarnos para encontrar allí, escondidos pero luminosos, los nombres amigos de autores como Julián Ríos o José María Blanco White.

Van a escuchar muchas cosas sobre este premio. Lo mejor es que le lean en sus obras y artículos. Es lo que les diría Juan sin Tierra.

Publicado en soitu.es (24-11-2008)

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