Corre John, corre...

30 de enero de 2009

John Updike, escritor americano

Sin duda que John Updike tuvo que torcer el gesto cuando el año pasado recibió el premio en reconocimiento a toda su carrera. Y es que éste era, más incluso que la imagen de sus pulmones deshechos, el signo evidente del poco tiempo que debía quedarle para escribir... ¿pero le quedaba algo por escribir?

Hoy podrán desayunarse en todos los periódicos la triste noticia del fallecimiento del escritor. Pero si no andan con cuidado corren el riesgo de que los indigestos grandes tópicos de siempre les amarguen el café: "Autor de grandes frescos de la América contemporánea" (que podríamos decir también de Richard Ford), "cronista del desencanto vital de la América de clase media" (podríamos aplicarlo a Richard Yates ahora que está de moda), "influyente intelectual, crítico con su sociedad, autor muy prolífico y superventas" (como el también recientemente desaparecido Mailer, con quien se las tuvo tiesas más de una vez), "entre sus muchos galardones no se encuentra el Nobel" (aquí me faltarían dedos para enumerar... digamos sólo que Updike se resarciría de este olvido en el personaje del muy infame Henry Bech)... "etcétera".

Pero si toda esta ristra de tópicos funciona a la manera de comodines que los críticos nos sacamos de la chistera, apremiados por la velocidad de los acontecimientos… ¿qué es entonces lo específico de Updike? ¿Cuál es la figura de la alfombra que diría el protagonista de uno de los más memorables cuentos de Henry James? Bueno, más allá de la temática (inaprensible de tan vasta en éste caso) podríamos hablar de esa extraña cualidad que llamamos precisión, un estilo que es sencilla y pura lucidez.

Este estilete es el que dibuja la memorable serie sobre Harry 'Rabbit' Angstrom, uno de los personajes más redondos de la ficción americana de la segunda mitad del XX y a través del cual asistimos al resquebrajamiento de los ideales y promesas en los que depositó su confianza toda una generación. Pero el territorio Updike no se agota aquí. Margaret Atwood dijo que "ningún escritor norteamericano ha escrito tantas obras de tanta calidad durante tanto tiempo". Y es verdad, porque a veces da la impresión de que lo escribió todo: memorias ('A coinciencia'), novela con tirano ('Golpe de Estado'), ciencia ficción ('Hacia el final del tiempo'), metaliteratura posmoderna ('Gertrudis y Claudio'), crítica de arte, incluso... ¡un libro sobre golf! ('Sueños de golf').

Su último libro publicado en España fue 'Terrorista' (Tusquets, 2007). Y aunque desde luego dista para nosotros de sus mejores obras ('Corre, Conejo' para el 66% de los Infames y 'Bech en la Bahía' para la disidencia restante), no puede negarse la originalidad de Updike en el acercamiento a la sociedad americana posterior al 11 de septiembre a través de la figura de un joven estadounidense convertido al Islam. Y la originalidad estriba en cómo Updike se calza la piel de este personaje y nos hace llegar hasta el cráneo del otro, y una vez allí instalados, comprobar que no se diferencia tanto del nuestro.

Antes de irse, Updike nos regaló 'My father´s tears and other stories', que se anuncia para finales de este año. Aunque tampoco es descartable que Krusty el payaso se decida finalmente a publicar la segunda parte de su esperada autobiografía, en la que Updike empleó buena parte de sus energías como negro (o al menos eso apunta en un capítulo de la serie de Matt Groening).

Pero no hagan mucho caso a estos halagos y pongan los suyos propios. Abran de nuevo alguno de sus libros que ya leyeron, busquen los párrafos que subrayaron y pasen el resto del día saltando de una a otra página. Siempre es buen momento para empezar a leer otra novela de Updike.

Corre, John. Nos vemos.

publicado en soitu.es (28.01.2009)


,

1 comentario

  • este comentario nada tiene que ver con updike. o tal vez sí. no sé. llego a este genial blog vuestro, tipos infames, a través del texto publicado hoy en soitu, donde cariñosamente (creo) estoy citado como autor de superman. pues bien. fichados en mis favoritos. tres abrazos desde guatemala.