¿ Qué misterio tiene Nadila ?

20 de enero de 2009
"Que mistério tem Clarice" cantaba Caetano Veloso

La historia comienza con una mujer perdida y "embarazada". Entrecomillo "embarazada" porque ella nos cuenta que realmente lo que lleva dentro es un libro, y éste, igual que los recién nacidos, aún no sabe hablar ni ponerse de pie. Digamos que en la mitad del camino de su vida se encuentra perdida en Cadaqués, con la senda derecha ya perdida, y se dirige entonces en busca de otro camino a recorrer y de sí misma. Esa senda es la del riesgo constante que supone escribir(se), en el que las fieras que salen al encuentro de uno son sus pesadillas y uno mismo. Cuenta, igual que Dante, con un guía espiritual y literario para estos intrincados caminos de ascenso, en este caso la novelista brasileña Clarice Lispector. Esa búsqueda, el parto, y las primeras palabras y los primeros pasos de la protagonista convertida en narradora es esta novela, 'Soy una caja' (Caballo de Troya, 2007).

Una vez desorientada empieza a escribir, como a muchos nos pasa, pero aún no ha "dilatado" lo suficiente y tendremos que esperar leyendo. Curioso, la historia que ella tiene que contar nace en cuanto nosotros terminamos de leer el libro; pero escribir su vida es como una flecha que se dirige inexorablemente a su tumba. ¿Por dónde puedo empezar entonces a contarla? El instante en que su vida adquiere la velocidad necesaria y merecedora de ser contada en una novela es cuando escucha por primera vez el nombre de Clarice Lispector y se lanza en busca de sus libros y de su vida. Fascinada por ambas (literatura y biografía), la protagonista, aún sin nombre, trata de encontrar las formas posibles de adentrarse en "lo literario" con ella como guía y modelo, admirando a la escritora Clarice y a la mujer Clarice. "[...] fiel creyente en la necesidad de la literatura para llegar a saber algún día quien era yo, qué era el mundo, para qué todo".

Tienes que leer a Clarice Lispector. Tienes que ser Nadila. Son dos de las consignas principales para la narradora. La novela avanza en dos líneas paralelas: por un lado se trata de "sacar adelante este trabajo sobre la historia de una admiración literaria"; y a la vez la (secreta) búsqueda de una identidad que no le resulte ajena. La narradora pasa del apenas ser, encontrarse perdida o sentirse una idiota, a encontrar algo a lo que poder decir "yo", a llamarse a sí misma Nadila (todo cambio implica un bautismo), a ser una acróbata que hace piruetas literarias con la ayuda de las apariciones constantes de la novelista brasileña. 'Soy una caja' demuestra que la decisión de la narradora por escribir su vida en ficción, "deshacerse en palabras", no sólo es peligroso, sino una práctica exhibicionista. "Y claro que voy a ser sincera. [...] Pues creo que como me he hartado ahora voy a exhibirme. Abro cada uno de mis pétalos absurdos y para mi sorpresa descubro que [...]"

Un dibujo de Nadila para la portada del libro

A partir de este momento el libro se va llenando de ideas, un nombre propio (Nadila) para su nueva vida, propuestas más o menos literarias, litros de cerveza inspiradora, un blog que la protagonista mantiene en paralelo, citas de Clarice Lispector y entrevistas (incluso inventadas) con ella, buscando el misterio de Clarice para escribir el suyo, reflexiones sobre el proceso creativo, un amplio muestrario de recursos narrativos que no siempre lo han sido (performances, entrevistas, dibujos, "poemas visuales", apariciones de la novelista brasileña...) Imaginen entonces la instantánea del cerebro de la narradora novel con todas estas ideas instaladas en ella a la vez, moviéndose y reclamando su atención de forma simultánea, como si hubiera sido invadida por el espíritu de la gran novelista Lispector. Un magma creativo y simultáneo que Nadila se encarga de fragmentar y poner por escrito de forma sucesiva.

Dicen que Clarice Lispector trabajaba en sus novelas a partir de montones de páginas sueltas, en completo desorden, en medio de las cuales trataba de encontrar el hilo conductor del libro que se proponía escribir, reorganizando en su cabeza lo que antes surgió disperso de su mano. Y de forma similar, Nadila organiza su libro, con todas esas ideas y retales de distinta procedencia en una aparente desorganización, articulando algo coherente pero completamente fragmentando. Sin dejar de mostrar y luciendo con orgullo las costuras con que se ha escrito el libro.

'Soy una caja' cuenta –resumiendo mucho— cómo alguien con una historia que contar se desprende de lo leído para escribirse a sí mismo. 'Soy una caja' es un parto y una caja por abrir de "juegos reunidos"». La responsable de que hayamos disfrutado tanto leyendo la novela, entre otras cosas por no saber qué podía ocurrírsele a Nadila en cuanto pasáramos de una página a otra, es su autora, Natalia Carrero (Barcelona, 1970), de quien esperamos una segunda novela, y una tercera, y...

Publicado en soitu.es (17-1-2008)


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1 comentario

  • La verdad es que tengo una relación un tanto ambigua con Lispector, pero creo que a quien le guste también disfrutará de la exposición que todavía se puede ver en la Fundación Telefónica de la portuguesa Helena Almeida. No sabría explicarlo, pero en ambas percibo esa necesidad de re-conocerse, de aprendizaje de uno mismo y del propio cuerpo. Una de las exposiciones más emocionantes que recuerdo.