Monseñor... ¿qué esconde bajo la sotana?

26 de enero de 2009
¡Ay Virgencita! Que me quede como estoy...

Ahora que el tiempo ha acabado por desmentir a Morrissey y el resto del mundo se apoltrona para ver cómo el primer presidente negro de Estados Unidos intenta cambiar el rumbo (torcido) de la historia, sería bueno pensar en la necesidad de abrir ventanas en otro viejo y anquilosado edificio que ya viene oliendo a rancio desde hace demasiado.

Porque seamos serios… la historia de Estados Unidos acaba de empezar como quien dice (apenas 233 años desde su fundación oficial si no nos fallan las cuentas y la wikipedia no está equivocada), pero y ¿qué ocurre con la postergada renovación de una institución que cuenta ya con casi dos mil años? Algo así es lo que plantea Luis Murillo en su novela 'La Púrpura Negra' (Vía Magna, 2008), en la que asistimos al seísmo que desataría en el seno del catolicismo un replanteamiento de sus dogmas morales y eclesiásticos más atávicos. Así, la llegada a la silla de San Pedro del cardenal Jorge Darío Mendoza, Adriano VII para esta ¿imposible? historia, supone lo mismo que la intromisión de un paquidermo en una cacharrería. El camarlengo monseñor Fontana lo resume con esta píldora: "La paloma del Espíritu Santo, después de los tiros que le hemos pegado a lo largo de la Historia, se lo debe pensar mucho a la hora de sobrevolar algunas cabezas".


El abrumador peso de la evidencia

Pero bajo las sotanas también podemos encontrar asesinos, detectives, transexuales y hasta algún que otro santo (no incompatible con los anteriores, claro!). Aquí tienen otras historias sobre bonetes, milagros y crímenes para no dormir:

'Cónclave' de Roberto Pazzi (Alfaguara, 2005). Otra vuelta de tuerca a las interioridades de la curia vaticana —uf! menuda imagen...— que tiene como fondo la elección papal. Desapariciones, asesinatos y plagas bíblicas preceden a la fumata blanca que ha de proclamar al nuevo líder espiritual de la cristiandad (como en el Bernabéu mismamente). Jamás las sandalias del pescador olieron tan mal.

'Poderes terrenales' (El Aleph, 2008), de nuestro admiradísimo Anthony Burgess. En esta ocasión el autor de la celebérrima 'La naranja mecánica' nos acerca la historia de un escritor descreído y homosexual que se ve inmiscuido en la canonización de Gregorio XVII, quien por una de esas piruetas del destino (o la providencia, vaya usted a saber...) era también su cuñado. Una obra vitriólica que su prologuista, Rodrigo Fresán, no sabe si atribuir a Dios o al Diablo. (Lee aquí el prólogo de Fresán).

'Los relatos del padre Brown' (Acantilado, 2008) recopila todas las aventuras de uno de los personajes más memorables de la historia de la literatura. Este Sherlock Holmes en sotana creado por G.K.Chesterton emplea toda su inteligencia y profundo conocimiento del ser humano en la resolución de los crímenes más inverosímiles. La edición de Acantilado es una auténtica maravilla (incluye textos nunca antes traducidos al castellano), pero también puedes asomarte a esta página y leerlos tal y como salieron de la pluma del inglés.

¿La mejor novela de Burgess?

Apostilla Infame: Como esta semana estamos celebrando el bicentenario de Edgar Allan Poe, y nos viene al hilo, no queremos dejar de poner nuestra vela en semejante tarta. Chesterton consideraba al bostoniano como el mejor autor de relatos policiales (a pesar de que Borges creía que no, que Chesterton era sin duda el más grande), dato que van a poder comprobar por ustedes mismos en el aluvión editorial que se nos viene encima con cada onomástica. Y ahora digan con nosotros 200 veces Poe, Poe, Poe...

Amén.

Publicado en soitu.es (21.01.2009)


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1 comentario

  • Hablando de sotanas, un recuerdo para nuestro hombre en el pecado y en el tormento, Graham Greene.

    Escribe Fresán en el prólogo de Poderes Terrenales que Burgess se enzarzó en una polémica con Greene "por cuestiones religiosas y literarias". Eso sí es que es madera para un post..