Presentación de dos nuevos Alpha Decay Mini: Cebrián & Luque

9 de octubre de 2009
En la presentación de los dos nuevos Alpha Mini ('Cul-de-sac' & 'Socorrismo') todo parecía estar medido. Bebida hubo para todos, es decir, los editores sabían bien a quienes habían invitado. Y en cuanto editores y autores se sentaron a la mesa de la librería La Buena Vida, quienes nos encontramos en las primeras filas descubrimos que las medias de Mercedes Cebrián parecían ir a juego con el estampado de la camisa de Antonio Luque (tan parecido al cantante del Sr. Chinarro si no fuera por la tupida barba); y todo podría pasar perfectamente por una casualidad vanal si no fuera porque quienes ya leímos el relato de Mercedes Cebrián sabemos que en lo referente a la elección de estampados (del vestuario de la casas y de las prendas de vestir) todos estamos irremediablemente dirigidos desde una instancia superior que, siempre callada, nos dirige y sólo nos permite intuir que seremos incapaces de salir. ¿Hay salida? ¿Acaso existe algo fuera de ésto? En realidad, nuestra capacidad de elección es tan sólo un espejismo de individualidad: hacemos lo que se espera de nosotros, nuestras elecciones están controladas porque (seguramente) no existen otras. El amago de felicidad consistiría en creer que si existen otras muchas posibilidades, y que nosotros decidimos de entre todo aquello lo que realmente queremos elegir. Esto último no recuerdo que aparezca en el relato 'Cul-de-sac': lo mejor sería leerlo: Mercedes es una de las mejores (y me sobra para contar con una mano).

Por todo eso mientras los autores hablaban me bajaba una perpendicular perfecta de sudor frío por la espalda. ¿Por qué estaba ahí? ¿Había elegido por mi mismo que asistiría a tal evento? A la segunda cerveza olvidé todas estas espirales que no me llevaban a ningún sitio (y que no debería haber escrito). Conseguí las dedicatorias de los dos autores para los ejemplares de los infames, y hablé largo y tendido con Antonio Luque (que resultó ser más parecido al Sr. Chinarro de lo que pensaba cuando se puso a cantar unos cuantos temas del repertorio de aquel), que me insistió varias veces en ponerle "peros" a sus dos relatos: sinceramente, aprovechando que ahora no está delante, diré que ambos primero me sorprendieron, y al cerrar el libro me sentía recién aterrizado de un planeta desconocido y deslumbrante al que sé que no lograré volver hasta el próximo libro de Antonio. Disfruté de los efectos secundarios de este jet-lag.


Como en los primeros discos de Chinarro, aquí también hay que traducir: "Para Tipos Infames como nosotros. Antonio Luque"

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